En el aspecto deportivo, el I Rallye de tierra de El Bierzo no tuvo el desenlace esperado por Albert Llovera. El piloto de Abarth, en esta ocasión con Diego Vallejo a su lado, no pudo evitar una salida de pista en la que rompió el radiador de la dirección asistida.

Este incidente se produjo en el segundo tramo (Ponferrada) del bucle de la tarde. En aquel momento se acabó la participación de Llovera-Vallejo en la carrera de la Escuderia Bierzo Racing.

A pesar de todo, Albert Llovera deja la comarca del Bierzo contento por el apoyo que ha recibido de la gran cantidad de aficionados de las regiones del norte de España que se han desplazado a Ponferrada. Albert no se prodiga demasiado por aquella zona, pero cuando lo hace recibe el ánimo de los aficionados que siguen el rallye a pie de cuneta o se desplazan al parque de asistencia.

Hasta el momento del abandono, Llovera-Vallejo no habían tenido un rallye tranquilo, se quedaron sin frenos en la segunda pasada por las especiales Cubillos y Camponaraya y, aunque consiguieron llegar a la asistencia de mitad de carrera, lo hicieron con un retraso de 1’21” respecto a su rival directo, el piloto canario Alfonso Viera. Así pues conseguir el objetivo deseado en Ponferrada se había complicado mucho. Después de que los técnicos de PCR Sport solucionaran el problema, el piloto de Abarth intentó seguir con normalidad, pero la salida mencionada cortó la posibilidad de remontar posiciones en la clasificación.

La decepción de Llovera era evidente después de consumarse el abandono en la prueba de León: “Necesitábamos puntuar y sobre todo intentar presionar a Viera para seguir optando al título. No está todo perdido pero, con dos abandonos (Cervera y Ponferrada) la posibilidad de repetir el título español de Grupo N se complica. Seguiremos luchando hasta el final a ver si somos capaces de reconducir la situación”.

El piloto de Abarth tuvo claro después de terminar los reconocimientos que la prueba de León no sería un paseo: “El recorrido me pareció muy duro, con mucha piedra y zonas muy estrechas, como por ejemplo en el cruce en el que me he salido de la pista. Me han contado que algunos pilotos han tenido que hacer maniobra para superarlo. O sea un escenario muy desfavorable a mi estilo de pilotaje”. Además Albert nos comenta, que la suerte tampoco le ha echado un cable en este rallye: “Que se rompa un latiguillo del freno, seguramente por el golpe de una piedra, y hacer casi dos especiales sin frenos, creo que no nos había pasado nunca. Después, en la salida de pista, romper el radiador de la dirección asistida... en fin, con un poco de suerte nos hubiéramos reincorporado a la prueba habiendo perdido algunos segundos. Es evidente que no era nuestro día".

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