El joven piloto boliviano se adjudicó su primera prueba del WRC3 en México, y espera seguir los pasos del talentoso finlandés.

Uno ya está sentado en un Toyota oficial de la máxima categoría y el otro aun está recorriendo ese dificil camino que es llegar a la élite, pero la vida deportiva de estos dos jóvenes pilotos ha ido muy de la mano.

Los dos nacieron en el año 2000, siendo Bulacia unos días mayor que Kalle.

Ambos han estado subidos en coches de Rallye desde bastante antes de cumplir la mayoría de edad, los dos por influencia de sus padres (también pilotos).

Con 16 años ya eran campeones nacionales y con 17 se fueron a correr a Italia para seguir formandose, llegando a coincidir en el Rallye de San Marino.

También se enfrentaron en el Memorial Bettega por primera vez subidos a unos WRC. Rovanperä salió ganador del duelo.

Aunque Kalle ya debutara antes, los dos completaron su primera temporada en WRC2 en el 2018.

En 2019 Rovanperä demostró su tremendo potencial y ganó el WRC2 Pro. Por su parte Marquito llegó con posibilidades de título en WRC2 hasta el Cataluña donde tuvo que abandonar.

Para 2020 Kalle Rovanperä ya está sentado en el Toyota, y realizando un papel hasta el momento espectacular, lo que le llevará, no nos cabe duda, a pelear por el Campeonato del Mundo absoluto en pocos años.

Marquito Bulacia tampoco podía empezar mejor el 2020. En México se alzaba con su primera victoria en el mundial (la primera para Bolivia en el Mundial de Rallyes) en su estreno con el Citroën C3 R5. Esta temporada, la tercera de Bulacia en el WRC, tiene que ser la de su consolidación.

En España ya dió muestras de su velocidad cuando en 2018 fue capaz de batir a Xevi Pons en el Rallye Ciudad de Astorga con solo 18 años, algo que lo colocó dentro del radar de muchos equipos.

En su contra está su poca experiencia en asfalto, superficie que debe trabajar muy bien en el futuro para tener un largo recorrido en el Campeonato del Mundo, ya que condiciones no le faltan.

 

Borja Romero.