Sin duda alguna la victoria de Sebastien Ogier en el Safari Rallye de Kenia es un premio a la persistencia. El piloto de Toyota sufría problemas en la jornada del viernes, pero lejos de tirar la toalla, el francés se rehacía hasta lograr la victoria, favorecido, eso sí, por los problemas de sus principales adversarios.

El Safari estuvo a la altura de su reputación como uno de los eventos automovilísticos más emblemáticos del mundo. Las pistas de tierra, rocosas y arenosas, alrededor de los lagos Naivasha y Elmenteita, en el Gran Valle del Rift, supusieron una prueba brutal, mientras que los impresionantes paisajes, la exótica fauna y los entusiastas lugareños retrataban a África en su máxima expresión. Practicamente todos los pilotos sufrían las consecuencias de una prueba tan dura, y en mayor o menor medida se iban quedando fuera o lejos de la pelea por la victoria, como ha sido el caso de Dani Sordo.

Pero sin duda, el peor parado ha sido Thierry Neuville. El belga de Hyundai ha hecho que el recuerdo de Adamo sobre Kenya no sea tan maravilloso como se esperaba. Neuville había liderado todos los tramos menos dos hasta la jornada del domingo la cual comenzaba con un tramo de 11,33 km. Con una ventaja de casi un minuto sobre Takamoto Katsuta, las esperanzas de Neuville de lograr la victoria en el continente africano se desvanecían de un plumazo tras chocar con una roca y destrozar la suspensión trasera derecha de su coche. Aunque lograban llegar a meta casi 45 segundos más lento que el piloto japonés y, aunque su ventaja se mantuvo intacta, los daños eran demasiado grandes para continuar y la aventura africana de Neuville tocaba a su fin, lo que suponía además el tercer abandono consecutivo por problemas de suspensión.

El japonés Katsuta mantuvo su constante mejora para conseguir su primer podio en el WRC en segundo lugar y sellar el cuarto doblete de Toyota Gazoo Racing de la temporada, ampliando su ventaja en el campeonato de constructores a 59 puntos.

Aparte de un par de caladas de motor, Katsuta fue ejemplar en todo momento. Terminó con 47,7 segundos de ventaja sobre Ott Tänak, que se acercaba hasta que un calentador de parabrisas defectuoso en la última especial del sábado, marcada por la lluvia, le obligó a parar y limpiar el cristal empañado con la mano.

Los M-Sport Ford, Adrien Fourmaux y Gus Greensmith, fueron cuartos y quintos con sus Fiesta. Su estrategia sin riesgos dio sus frutos y el francés Fourmaux celebró su primera victoria de tramo de alto nivel el domingo por la mañana. Se separaron por 9,9 segundos después de que Fourmaux superase a su colega a dos tramos del final.

Kalle Rovanperä estaba a casi nueve minutos de distancia en la sexta posición con su Yaris, después de recibir una fuerte penalización de tiempo cuando su coche se detuvo en la arena el viernes y se retiró.

 

Alberto Novoa.

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