Con el Rallye de Montecarlo se ha dado el pistoletazo de salida a una nueva temporada en el Campeonato del Mundo de Rallyes, y tiene todas las trazas de que será emocionante desde el primer instante. La carrera del principado ha tenido un claro protagonista ya que por quinta vez consecutiva, Sébastien Ogier, junto a su copiloto Julien Ingrassia y por primera vez a los mandos del Citroën C3 WRC oficial, se han coronado vencedores, dominando la carrera casi desde el principio hasta el final.

 

Una batalla extremadamente competida, tomando en consideración que sólo 4 décimas separaban al piloto de Gap de Thierry Neuville- y Nicolas Gilsoul a los mandos del Hyundai i20, una vez disputado el penúltimo tramo, lo que suponía que cualquier mínimo error en el tramo final podía dar la victoria a cualquier de ambos equipos. Al final, los belgas de Hyundai terminaban tras los franceses de Citroën, cruzando la meta en tercera posición Ott Tänak, primeros líderes de la prueba monegasca mostrando un ritmo muy alto que dejaba sin posibilidad alguna de alcanzar el podio a Sébastien Loeb.


La primera cita de la temporada arrancó pues más fuerte y emocionante que nunca. Las expectativas para esta prueba son siempre enormes, pues un sin fin de cambios en los equipos y unas condiciones climatológicas bastante inciertas, hicieron las delicias de los aficionados que se dieron cita en la carrera que tiene como epicentro el barrio monegasco, viviendo una carrera de apertura del calendario mundialista de excelente y apasionante factura.

Nada más arrancar la primera etapa, el jueves por la noche, de 46,35 km, se vio a un avasallante Ott Tänak posicionarse líder de la prueba tras 2 tramos, uno de ellos con el terreno cubierto de hielo y otro sobre asfalto seco, lo que le impulsó a dejar 9 segundos por detrás a Sébastien Ogier, que se estrenaba en este rallye con su Citroën C3 WRC. Un poco más atrás se quedaba Thierry Neuville, pero dejando claro que venía con todas la intención de darle la batalla al francés. Nada más acababa de empezar la prueba, pero al parecer la elección de neumáticos hecha por Loeb no le daba muchas opciones y le condicionó bastante en su actuación, al igual que a Andreas Mikkelsen, que culminó esta pequeña etapa a casi un minuto por detrás estos pilotos.

El viernes se disputó la etapa más larga del rallye, con 125,12 km de velocidad distribuidos en 3 tramos a doble pasada, donde Tänak perdía sus posibilidades tras un pinchazo que le costó su condición de líder. Asimismo, Ogier y Neuville se adentraban en una amenazadora y cerrada lucha por el liderato, siendo el francés de Citroën quien marcaba la pauta esta vez, pero con Neuville a tan solo 2 segundos de diferencia al finalizar esta segunda etapa. Adjudicarse 2 especiales durante la etapa le ayudó a Sébastien Loeb a remontar posiciones, pero nuevamente una mala elección de gomas le hacía perder ritmo, llegando en la quinta posición, casi empatando con Jari-Matti Latvala, dándole la oportunidad a Mikkelsen de llegar tercero.


No importa el fuerte empeño que puso Ogier para intentar alejar a su principal rival, ya que en realidad no lo consiguió. El líder de la escuadra coreana acabó a más de 4 segundos pero se mantuvo durante toda la 3ª etapa en posición de relegarlo de su primera posición, generando así una impresionante tensión entre ambas tripulaciones en un Rallye Monte-Carlo que fue de todo, menos aburrido. Loeb mejoraba su ritmo, lo que es de gran merito pilotando un coche que solo probó menos de una semana antes del rallye; al culminar el sábado ya había subido hasta la tercera posición de la general, a 1'58 del otro Seb. Tänak volvía a ser protagonista, subiendo hasta la quinta posición y marcando un ritmo demoledor que de no haber sido por el accidente del viernes hubiera estado sin lugar a duda en el top 3.

Así pues, llegaba el último día de competición donde no se esperaba sino una titánica batalla por la victoria, separada tan solo por 4,3 segundos entre Ogier y Neuville. El belga marcó un ritmo de miedo que puso a Ogier casi contra las cuerdas, pues con un pequeño problema en el acelerador que presentaba por la mañana cualquier cosa podía pasar. Neuville tenía todas las ganas y posibilidades de arrebatarle la victoria al ya invicto desde 2014 Ogier, que parecía ya definida desde el sábado por la noche. Pero la maestría en la gestión de sus carreras del francés le permitía coronarse nuevamente como vencedor, cruzando la meta empapado en sudor pero satisfecho de volver a ganar el rallye de casa y además con un tercer coche distinto en sus manos, dejando a Neuville a 2,2 segundos por detrás. Ott Tänak, quien logró hacer los mejores cronos en la etapa matutina, se adjudicaba la tercera plaza del podio dejando por detrás a Loeb.

Los puntos extra del último tramo de la etapa, que hizo las veces de Power Stage, el ya mítico Col de Braus (13,58 km), fueron para Meeke-Sebastian (5 puntos), Ogier-Ingrassia (4), Neuville-Gilsoul (3), Tänak-Järveoja (2) y Suninen-Salminen (1).

En WRC2 Pro, triunfo claro y merecido para Gus Greensmith (Ford Fiesta R5), mientras que en WRC2 ganó Yoann Bonato (Citroën C3 R5). La próxima cita del mundial, el espectacular rally Suecia, entre los días 14 y 17 de febrero.

Alberto Novoa.