
El Rallye Ribeira Sacra era una carrera inédita en el Campeonato Gallego, y suponía el reto de descubrir tramos nuevos para casi todos los pilotos. En lo tocante al Trofeo Pirelli, la ausencia entre los inscritos de Alberto Otero, unida a la quinta plaza conquistada por Javier Cousiño, dejan el título decidido a favor de este último. La gran sorpresa fue encontrarse en las dos primeras posiciones a los Renault Clio R3 pilotados por David González y Miguel Paredes, que convirtieron la carrera en un mano a mano.{jcomments on}